¿Eres mamá primeriza? Si tu respuesta ha sido afirmativa, de seguro tienes muchas preguntas sobre esta nueva y retadora etapa de tu vida. Tener un bebé no es fácil, y menos enfrentarse a las nuevas experiencias que tendrás como mamá a diario, en especial durante los primeros meses.
Una de las inquietudes más comunes es acerca de cómo amamantar a un bebé, las posiciones recomendadas, la frecuencia con la que debería hacerse, la cantidad y los beneficios que trae la leche materna para el bebé. Para responder todas estas inquietudes te invitamos a que leas el siguiente artículo.
¿Qué es la lactancia materna?
La lactancia materna es el proceso por el que la madre alimenta a su bebé recién nacido a través de sus senos, que segregan leche inmediatamente después del parto, este debería ser el principal alimento del bebé al menos hasta los dos años. La leche materna es el alimento ideal para los bebés lactantes. Es segura y contiene anticuerpos que protegen de muchas enfermedades propias de la infancia.
¿Para qué sirve la leche materna?
La leche materna exclusiva es el mejor alimento que se puede ofrecer a un bebé durante los primeros meses de su vida. Es un alimento completo que aporta todos los nutrientes que necesita para crecer y desarrollarse.
Está demostrado por los expertos que la leche materna protege a los bebés de muchas infecciones, tanto en el sistema digestivo y en el respiratorio, como de otras mucho más graves. Además, reduce la probabilidad de enfermedades complejas y de la Muerte Súbita. En el largo plazo, los bebés que recibieron leche materna tienen mejores resultados en las pruebas de inteligencia cognitiva y social.
La lactancia no es solamente positiva para el bebé, sino qeu también actúa muy beneficiosamente en el cuerpo de las mamás, pues reduce el riesgo de algunas enfermedades.
¿Cómo amamantar a un recién nacido? Sigue estos pasos
A continuación te compartimos el paso a paso para que amamantes a tu bebé:
Detecta si tu bebé tiene hambre
Para que puedas notar si tu bebé tiene hambre debes estar atenta a algunas señales como:
- El bebé busca con los labios cualquier objeto que toque su boca, sus mejillas, sus labios o su arco de Cupido. Una buena técnica es intentar poner el dedo cerca de la boca del bebé y si este hace un esfuerzo por cogerlo y chuparlo, es porque tiene hambre.
- El bebé busca tu pezón.
- El bebé se chupa los dedos de las manos o de los pies y permanece con la mano en la boca.
- El bebé está inquieto o llora.
Elige la posición más cómoda para ti y para tu bebé
Antes de acostar al bebé en tu pecho, debes adoptar una posición cómoda. Procura encontrar una posición que no te haga doler el cuello o la espalda luego de mantenerla por un rato, pues puede ser que te quedes dormida mientras lo amamantas. Aquí te mostramos algunas posiciones que te pueden funcionar:
- Acostada de lado, con el bebé en tus brazos o en la cama, también de lado.
- Sentada en una silla, con la espalda recta y apoyada, sosteniendo al bebé de alguna de estas maneras:
- Con tus dos brazos, acostado sobre tu regazo.
- Debajo de un brazo.
- Sentado en una de tus piernas.
- También podrías estar de pie, manteniendo la espalda recta, mientras caminas por la casa.
Deja al bebé en tu pecho
Para empezar, acerca el pezón al labio superior del bebé, para que abra la boca. Luego, debes mover al peque para que ponga su boca en el pezón entero, como haciendo vacío, cuando esté con la boca abierta.
En la siguiente vez que le des de comer al bebé, tendrás que comenzar por la última mama de la cual comió. En tal caso te recomendamos que te pongas una marca, como un lazo o un broche en la blusa del lado que el bebé tendrá que comer primero en la próxima ocasión para que no se te olvide.
Este cuidado es importante porque normalmente la segunda mama no queda tan vacía como la primera, y el hecho de no vaciarla completamente puede disminuir la producción de leche en esa mama o darte una dolorosa mastitis.
Además, es indispensable que alternes las mamas, ya que la composición de leche se ve alterada cada vez que amamantas al bebé. Al inicio, la leche es más rica en agua y al final de cada amamantada es más rica en grasa, lo cual favorece la ganancia de peso del bebé.
Observa que el bebé esté lactando bien
Para que te des cuenta que el bebé está logrando lactar de forma correcta, tienes que observar los siguientes detalles:
- La barbilla del bebé toca el seno y su nariz queda libre para que pueda respirar normalmente.
- La barriga del bebé se encuentra tocando tu barriga, si lo tienes cargado en tus brazos.
- La boca de tu bebé está abierta de forma correcta y el labio inferior debe estar hacia afuera, como un pescadito.
- Tu bebé está ocupando una parte o la totalidad de la aréola con la boca.
- Puede escucharse el ruido que hace cuando traga la leche.
La forma en que el bebé se posiciona en la mama durante la lactancia influye directamente en la cantidad de leche que debe ingerir y, que por consecuencia, promueve su aumento de peso.
Verifica si el bebé ha comido lo suficiente
Para identificar si el bebé comió suficiente, es necesario que verifiques si el seno en el que has amamantado al bebé está más vacío, quedando ligeramente más suave que antes de que comenzarA a comer. Presiónate cerca del pezón para verificar si aún te sale leche. Si ya no sale leche en grandes cantidades, quedando sólo unas gotas, es señal que el bebé lactó bien y logró vaciar la mama.
Otras señales que pueden indicar que el bebé está satisfecho y con la barriga llena son la succión más lenta al final del amamantamiento, cuando el bebé se desprende espontáneamente de la mama y cuando este se relaja más o se duerme en el pecho.
Retira al bebé de los pechos
Para retirar al bebé de la mama sin correr el riesgo de hacerle daño, debes colocar tu dedo meñique en el borde de la boca del pequeño mientras está lactando para retirarlo del pezón y posteriormente poder moverlo de tu seno con delicadeza. Así no lo lastimas a él y no te lastimas a ti.
Después de que el bebé lacte, es muy importante que lo coloques para que eructe y así eliminar el aire que tragó mientras comía y no vaya a vomitar.
Tiempo de lactancia materna: ¿Cuál es el mejor horario?
En cuanto a los horarios de amamantamiento, lo ideal es que se realice a libre demanda, es decir, siempre que el bebé lo pida. Inicialmente el bebé podrá tener la necesidad de lactar cada hora y media o dos horas durante el día y cada 3 a 4 horas por la noche. Poco a poco su capacidad gástrica irá aumentando y será posible darle una cantidad mayor de leche, aumentando el espacio de tiempo entre comidas.
A partir de los 6 meses de vida el bebé ya podrá comer otros alimentos y podrá dormir toda la noche.
Es muy importante que consultes con tu pediatra todas las dudas que tengas de cómo amamantar a un bebé, pues en un proceso que a veces resulta difícil o doloroso de transitar. Y recuerda ¡Eres la mejor mamá para tu pequeño!